La Archidiócesis de Denver ha recibido más de 900 nombres de jóvenes propuestos por sus comunidades como posibles candidatos al sacerdocio dentro de la campaña «Llamados por su nombre» que busca despertar en los jóvenes una mayor apertura al discernimiento vocacional y crear un ambiente favorable para hablar de la llamada sacerdotal
El proyecto, puesto en marcha el pasado mes de mayo, ha sido desarrollado en colaboración con Vianney Vocations, una organización que apoya la promoción de vocaciones en diócesis de todo Estados Unidos. El padre Jason Wallace, director de Vocaciones en Denver, subrayó que la campaña ha «creado una cultura» en la que la conversación sobre la vocación sacerdotal resulta «más aceptable». «Ya no se percibe como algo reservado para unos pocos o como una llamada extraordinaria recibida por medio de un ángel», explicó.
El sacerdote destacó que algunos jóvenes que no habían mostrado interés anteriormente en el sacerdocio han dado pasos de acercamiento tras sentirse reconocidos por su comunidad. «Incluso hombres que antes no estaban abiertos me dicen ahora: “Padre, ¿podemos reunirnos?”», señaló Wallace.
El arzobispo de Denver, monseñor Samuel Aquila, expresó su gratitud a los fieles por el respaldo a la iniciativa. «Gracias al testimonio de mis hermanos sacerdotes y a la oración de los fieles, hemos recibido más de 900 nombres de jóvenes que podrían ser buenos, felices y santos sacerdotes en el norte de Colorado», afirmó.
El contexto muestra la urgencia de esta llamada. La archidiócesis, que atiende a unos 600.000 católicos, cuenta con 148 sacerdotes en activo, de los cuales menos de la mitad fueron ordenados en Denver y solo un 14% nacieron en Colorado. Más de un tercio de las parroquias se sostienen con un único presbítero, y el déficit sería mayor sin la ayuda de sacerdotes llegados de otras partes del país y del extranjero.
A pesar de ello, la archidiócesis vive un tiempo de esperanza. Este año ingresaron en el seminario 23 nuevos candidatos, la cifra más alta en mucho tiempo y prácticamente el doble que el curso anterior. Wallace atribuyó este crecimiento a la fidelidad y al trabajo conjunto de sacerdotes, familias, colegios y parroquias, y lo interpretó como un signo especial en este año jubilar. «Quizá el Señor nos esté bendiciendo con muchos hombres para el seminario», comentó.
Tanto el arzobispo como el director de Vocaciones han enviado cartas personales a los jóvenes señalados en la campaña, invitándoles a encuentros de discernimiento y a la jornada «Ven y verás» en el seminario. Más de 70 han confirmado ya su participación.