La Asamblea ha congregado a 125 participantes de 144 congregaciones, principalmente prioras y delegadas, en un momento de profunda reflexión sobre el presente y el futuro de la misión dominicana
La espiritualidad dominicana, centrada en la búsqueda de la verdad, la predicación de la Palabra y la misión de justicia y paz, ha sido el centro de este encuentro. La presencia de hermanas de todos los continentes, que desde la oración y la reflexión comunitaria enraizada en la mística de Santo Domingo cultivaron su identidad de predicadoras, simboliza la fuerza de la fraternidad en la misión. La mística de la Orden, que busca constantemente la Verdad y la comunión, alimenta la esperanza activa en medio de los desafíos sociales y espirituales que enfrentan las congregaciones globalmente, reafirmando el espíritu de predicación como un testimonio de vida y mensaje de esperanza para el mundo.
La realidad de las comunidades dominicanas: desafíos y respuestas de fe
La reunión fue inaugurada con la participación de la Hna. Margaret Mayce, Coordinadora Internacional del DSIC. Señaló que “las congregaciones están enfrentando una baja en vocaciones jóvenes y un incremento en el número de hermanas mayores”, fenómeno que implica decisiones difíciles como fusiones, nombramientos de comisarios y nuevas formas de gobernanza basadas en la confianza y la fe.
Mayce subrayó que “el dolor, el cambio y la esperanza forman parte de nuestra realidad”, y enfatizó que “el carisma más amplio del que formamos parte seguirá vivo en la medida en que cultivemos la fidelidad al Evangelio, cuidando de nuestras hermanas y acompañando a las nuevas generaciones en sus vocaciones”.
Durante la asamblea, se presentó el Programa de Desarrollo de Liderazgo, desarrollado en línea de mayo a octubre de 2024, y en el que participaron 152 hermanas de 45 congregaciones. La colaboración del DSIC con Faith y Praxis ha permitido fortalecer las habilidades de liderazgo, así como promover una comprensión más profunda sobre el sentido de comunidad y misión. La hermana Daniela Cerutti, OP (Argentina), compartió que “este programa ha permitido desarrollar una comunicación más compasiva, basada en la vulnerabilidad como fuente de fortaleza para actuar con compasión”, destacando la importancia de acompañar a las hermanas jóvenes en su camino vocacional.
Como parte de su misión profética, la Hna. Izide Santina OP, coordinadora de la Confederación de Hermanas Dominicas de América Latina y El Caribe (Codal) y miembro de la Congregación de las Hermanas Dominicas de Santa Catalina de Siena, de origen portugués, destacó que “nuestro principal cometido es fortalecer la unidad entre las hermanas de toda la región, promoviendo la formación en todos los niveles”.
Voces juveniles y proyección para el futuro
La asamblea reservó un espacio especial para las voces de las hermanas jóvenes. La hermana Margaret Mayce, compartió en su intervención una reflexión sobre la visión y la historia de la misión dominicana. Recordó que Santo Domingo, al enviar a sus frailes de dos en dos a las universidades, todos los cuestionaron, pero él respondió con confianza: “Acumulada la semilla, se corroe, pero si se dispersa dará mucho fruto”.
Asimismo, rememoró el viaje a Caleruega, donde las hermanas bebieron del agua del pozo donde nació Santo Domingo, como símbolo de la humildad y la profunda raíz de nuestro carisma. Mayce subrayó que la diversidad de voces de hermanas de diferentes regiones enriqueció la interpretación de la misión predicadora en un mundo plural.
Este encuentro, cargado de fuerte identidad dominicana, se constató que “dentro de los desafíos hay mucha gracia y esperanza”. Un ejemplo de ello es el valor del diálogo entre las hermanas, respetando y valorando la diversidad como una fuerza transformadora. Se reafirmó que compartimos un carisma más grande que cualquier congregación individual: cada comunidad refleja un compromiso vivo con un mismo llamado, que trasciende y se prolonga hacia el futuro.