El pasado mes de abril, la CEE emitió un comunicado de prensa manifestando que “la Iglesia Católica nunca ha sido promotora ni impulsora de las actividades de resignificación que el Gobierno de España quiere llevar a cabo en el Valle». El Gobierno de España haciendo amigos… y un Concurso sin la Iglesia
El Gobierno toma la iniciativa lanzando un concurso de ideas sin contar con la Iglesia acerca de los pormenores o cuestiones que deberían ser concretadas con anterioridad.
Un Concurso al que le falta sal y no se cuenta apenas con la Iglesia
Si bien, el mismo comunicado, hizo referencia a que “una persona propuesta por la Iglesia Católica revisará el proyecto final ganador del concurso antes de su ejecución para asegurar que los acuerdos son respetados y las intervenciones son acordes con las normas litúrgicas”, cosa que, a lo mejor se ha dicho para callar bocas, la publicación emitida por el Gobierno evidencia que ese poder de revisión ha quedado reducido a la inclusión del padre Daniel Escobar Portillo, Delegado Episcopal de Liturgia , como uno de los 10 miembros de un jurado relativo a un concurso preñado de irregularidades técnicas y jurídicas, pero sobre todo con la clarísima intención, literalmente expresada en los pliegos, de profanar y violentar la sacralidad de un templo unilateralmente.
Este es un Concurso, que habilita, entre otras cosas a la profanación de la capilla del santísimo, la nave central, y el resto de capillas dedicadas a la Virgen. La Iglesia pasaría así de tener un poder de revisión del proyecto, a un voto en un jurado de 10 personas, osea, nada o menos que nada.
Además, la inclusión de un representante de la Iglesia en el jurado funciona como aval de la decisión del mismo, pues se entiende que el voto final del jurado, alcanzado por mayoría, justificará las acciones subsiguientes del proyecto ganador. Con la inclusión de un miembro de la Archidiócesis en este jurado, se pierde toda posibilidad futura de enfrentarse a la resignificación unilateral de un recinto sagrado por parte del poder político. Un cero a la izquierda nunca mejor dicho.
Ante la publicación oficial de esta sorprendente participación de la Archidiocesis de Madrid en dicho jurado, el Cardenal Cobo debería aclarar si ha sido notificado de la misma y ha dado, o no, su consentimiento. En el caso de haber aceptado, además de ligar su destino al de un proceso irregular y al de un Gobierno al que la propia CEE ha pedido un adelanto de elecciones. De mal en peor…