El nuevo documental refleja la fidelidad de una carmelita que lleva un cuarto de siglo en clausura
Más allá de las paredes del convento, la historia muestra la repercusión que su vocación ha tenido en sus seres queridos.
En 2007, la documentalista Maud Nycander estrenó Nunnan («La monja»), donde dio a conocer a Marta Cavallin, una joven estudiante que, con apenas diecinueve años, decidió ingresar en el convento carmelita de Glumslöv. Tras los muros del claustro inició su vida como sor María de la Anunciación. Aquella primera película causó impacto en Suecia, al mostrar no solo la decisión inusual de una joven, sino también las reacciones de su familia, que en cierto modo sintió que su hija y hermana «desaparecía» para llevar una vida de oración, silencio y obediencia.
Veinticinco años después, Nycander regresa con Nunnan – 25 år i kloster («La monja – 25 años en el convento»), una obra que combina imágenes de la clausura con escenas de la vida cotidiana de la familia Cavallin, que se ha convertido en un referente dentro de la historia documental sueca. La película muestra tanto a los padres y hermanos de Marta como a sus sobrinos, explorando sus sentimientos de nostalgia, cariño, incomprensión e incluso humor ante la vocación de su ser querido.
El origen de esta segunda entrega se halla en las preguntas insistentes que la cineasta recibió a lo largo de los años: «¿Cómo está Marta? ¿Qué piensa ahora? ¿Se arrepiente?». Sor María de la Anunciación explica en el filme que durante años pidió a Dios y a los santos una señal antes de aceptar el proyecto. Finalmente, confió a santa Teresa de Lisieux la decisión: «Si recibo dos rosas, sabré que debo decir sí». Poco después, dos rosas llegaron a través de sus sobrinos, y el permiso se concedió.
El documental se apoya en entrevistas, archivos y grabaciones nuevas. Entre los testimonios figura el de un hermano que en su juventud llevó una vida bohemia en París y hoy vive con su familia en Österlen, gracias en parte a Marta, que desde el convento influyó de forma decisiva en su camino. Otro de los hermanos, que en la primera película aparecía llorando por la ausencia de su hermana, es ahora adulto y residente en Estados Unidos, con una fe moldeada también por las oraciones de ella.
La cinta no se limita a describir la vida monástica. Retrata igualmente la peculiar vida de la familia Cavallin, con su finca, su capilla y la oración cotidiana de las Horas. Los hermanos expresan sentimientos diversos: algunos comprendieron sin dificultad la vocación de Marta; otros reconocen que les costó aceptarla. Todo ello conforma un retrato coral de familia y de fe.
Un aspecto destacado del documental es la referencia a la oración intercesora de las carmelitas. Aunque no cuentan con prensa, televisión ni radio, y apenas con acceso restringido a internet, cada día elevan plegarias por el mundo entero, por personas y realidades que nunca conocerán. Esa intercesión silenciosa, en un tiempo marcado por la sobrecarga informativa, adquiere una dimensión contracultural y de profunda actualidad.
Nunnan – 25 år i kloster podría haber sido un ejercicio de nostalgia o una mirada curiosa a «los que viven de manera distinta». En cambio, se convierte en un retrato íntimo y contemporáneo. En una sociedad cada vez más secularizada, donde la fe suele ser vista como algo extraño, el interés por la espiritualidad, la oración y el silencio va en aumento, especialmente entre jóvenes. Los retiros y fines de semana en monasterios se llenan rápidamente, y la búsqueda de lo trascendente crece en ámbitos inesperados.
En ese contexto, la película transmite un mensaje casi profético: la vida monástica no es una evasión, sino otra forma de presencia en el mundo. Sor María, cuando reza por sus hermanos y por la sociedad, muestra que su vocación no significa desaparición, sino un modo distinto de acompañar.
El filme evita respuestas fáciles. Los hermanos expresan sentimientos encontrados: orgullo, añoranza, incomprensión. La protagonista habla con sinceridad de sus pruebas, anhelos y alegrías, mostrando que no es una figura idealizada, sino una mujer real, con sentido del humor y con preocupaciones.
Cinematográficamente, la obra es sobria y contemplativa, sin acción trepidante, pero capaz de reflejar el paso del tiempo, el peso de las decisiones y la hondura de los vínculos familiares. El relato entrelaza la vida del convento con la de la familia en la finca, y con el mundo secular que observa desde fuera.
En definitiva, Nunnan – 25 år i kloster ofrece un retrato cálido, honesto y respetuoso. Ni idealiza ni ridiculiza la vida religiosa, simplemente la muestra en su verdad. Sor María de la Anunciación aparece no como una figura lejana, sino como hija, hermana y tía, cuyo corazón está abierto a Dios y a las personas.
La película invita a reflexionar sobre la vida, la fe y el valor de la oración en un mundo ruidoso y fragmentado. Frente al ruido, propone silencio; frente al miedo a la religión, muestra la fe como fuente de alegría; frente al individualismo, enseña la vida en comunidad.