En su primera exhortación apostólica, Dilexi Te, publicada el 10 de octubre de 2025, el Papa León XIV presenta una reflexión espiritual sobre la historia de la Iglesia, enfatizando el amor preferencial por los pobres como un pilar esencial del culto cristiano

Citando a san Agustín («Miente quien dice amar a Dios y no tiene compasión de los necesitados») y a san Juan Crisóstomo, el Papa destaca a cinco santos españoles cuyas vidas ejemplifican la caridad y la misericordia evangélica, sirviendo como modelos para la Iglesia del siglo XXI. A continuación, se describen los santos destacados y sus contribuciones según el texto:
San Juan de Dios (siglo XVI): Fundador de la Orden Hospitalaria, transformó la atención a los enfermos al crear hospitales que acogían a todos, sin distinción de clase social. Su lema «¡Haced el bien, hermanos!» refleja una caridad activa que prioriza a los más necesitados, convirtiendo los hospitales en verdaderas casas de misericordia.
San Pedro Nolasco (siglos XII-XIII): Fundador de la Orden de la Merced, junto con san Raimundo de Peñafort, dedicó su vida a liberar a cristianos esclavizados, incluso ofreciendo su propia vida como rescate.
Su misión heroica demuestra que la caridad puede adoptar formas audaces y sacrificadas.
San Raimundo de Peñafort (siglos XII-XIII): Como dominico, apoyó la fundación de la Orden de la Merced y trabajó incansablemente por la liberación de cautivos. Su vida refleja un compromiso con la justicia y la caridad, poniendo sus bienes y esfuerzos al servicio de los oprimidos.
Santo Domingo de Guzmán (siglo XIII): Fundador de los dominicos, vivió en pobreza para predicar el Evangelio con autenticidad. León XIV lo presenta como un modelo de coherencia, cuya vida libre de ataduras materiales permitió una predicación poderosa, enraizada en la humildad de Cristo.
San José de Calasanz (siglo XVI-XVII): Fundador de las Escuelas Pías, abrió en Roma la primera escuela pública y gratuita de Europa, enfocada en la educación integral de los jóvenes pobres. Su obra, que combina la enseñanza profana y espiritual, es reconocida por el Papa como el origen de la escuela católica moderna.
León XIV subraya que estos santos, algunos de los cuales desarrollaron su misión en España aunque no nacieron allí, encarnaron la caridad como un testimonio vivo del Evangelio. Su legado invita a la Iglesia actual a combatir las injusticias sociales con «la fuerza del bien» y a vivir un amor preferencial por los pobres, que no es opcional, sino central a la fe cristiana.




