En silencio cargado de anticipación, el Papa se reunió en oración en Porziuncola, la pequeña iglesia de Francisco, lugar que durante ocho siglos ha preservado la memoria viva del llamado a la fraternidad y a la paz
Un momento de intensa espiritualidad, vivido antes del encuentro final con los Obispos italianos al finalizar la Asamblea General de la CEI.
El 20 de noviembre seguirá siendo una fecha histórica: la llegada de León XIV a Porziúncola tiene lugar en el corazón de un tiempo de memoria y profecía. La Iglesia se prepara para celebrar el Centenario del Tránsito de San Francisco (2026) la finalización del ciclo de aniversarios franciscanos inaugurado en 2023 con los 800 años de la Regla de la Ballata, la Navidad griega, las Estimaciones y el Canto de las Criaturas.
León XIV comenzó su ministerio con el signo de reconciliación, hermandad, reconstrucción: un puente ideal con la misión de San Francisco, pero también con el camino de sus predecesores, quienes vinieron a Porziúncola como peregrinos ansiosos de atraer a la fuente de la luz y la misericordia.
Hoy, en la Basílica de Santa María degli Ángeles, se renueva ese gesto: un sucesor de Pedro arrodillado en el lugar donde Francesco comenzó a cambiar el mundo.




