Siete coordinadores acompañaron a 10 voluntarios que, a lo largo de dos semanas, se dedicaron a atender a los más jóvenes, siguiendo los pasos de Calasanz, trabajo y formación
Durante estos 10 días, los voluntarios dieron lo mejor de sí mismos en el Campamento Urbano del colegio Aluche, en la Parroquia Pan Bendito y en el Campamento Paula Montal.
Además de su trabajo con los niños, estos jóvenes participaron en sesiones de capacitación que los acercaron a realidades vulnerables y los ayudaron a crecer como voluntarios.
Agradecemos a todos los formadores que hicieron posible este viaje de aprendizaje, llenando nuestras tardes de nuevas experiencias que nos enriquecieron como personas.
La experiencia se volvió aún más significativa con la oración como foco central.
Estamos profundamente agradecidos a los voluntarios por lo mucho que acogieron este espacio, donde nos abrimos y nos unimos como grupo.