Más de 2.000 personas de la comunidad educativa del Colegio Calasanz participaron el pasado viernes, 16 de mayo, en una nueva edición de su ya consolidada jornada solidaria, una cita anual que aúna deporte, convivencia y compromiso social
En esta ocasión, los fondos recaudados se destinarán a apoyar diversos proyectos impulsados por la red Itaka-Escolapios en Pamplona, Valencia, Venezuela y la República Democrática del Congo. La jornada se enmarca en la campaña solidaria 2024-2025, celebrada bajo el lema ‘Abriendo caminos’.
Ser solidarios
Organizada por el Departamento de Transformación Social del centro, la jornada comenzó a primera hora con la IV edición del Triatlón Solidario. Todo el alumnado se desplazó hasta la Península de La Magdalena, donde participaron en pruebas deportivas adaptadas a cada etapa educativa. Los más pequeños disfrutaron de una carrera de obstáculos, mientras que, a partir de quinto de Primaria, el recorrido combinó atletismo y piragüismo.
Ya de regreso en el colegio, las familias se sumaron a la comida solidaria, un espacio de encuentro que dio paso a una tarde repleta de actividades. Entre ellas destacaron las finales deportivas, un torneo de ajedrez, una exhibición de talentos, un animado mercadillo solidario y otras propuestas que culminaron con música en directo a cargo de un DJ, que puso el broche a la jornada.
En la edición anterior, el colegio santanderino logró recaudar 3.800 euros, contribuyendo al total de más de 235.000 euros recogidos por toda la red escolapia internacional.
La red Itaka-Escolapios trabaja para apoyar la misión escolapia en diferentes partes del mundo. En la campaña “Abriendo Caminos” de este curso 2024-2025, los donativos recaudados permitirán mantener y ampliar el alcance de proyectos educativos y sociales en diversos países. En concreto, los fondos se destinarán a cuatro proyectos solidarios, dos de ellos en España.
En Valencia, el centro socioeducativo LLUM, situado en el barrio de la Malvarrosa, atiende a 33 niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad. El proyecto promueve una educación integral mediante el arte, el acompañamiento emocional y la gestión positiva de los conflictos, con especial atención a los efectos de la pandemia en el desarrollo personal.
En Pamplona, el proyecto Teranga acoge a 24 jóvenes mayores de 18 años de distintos orígenes, en un espacio de inclusión, formación y participación social. Las actividades se centran en el ocio educativo, la integración cultural y el compromiso con iniciativas como la campaña «Regularización Ya».
En la República Democrática del Congo, el proyecto Kikonka acompaña a unas 80 mujeres y niñas. Se ofrece formación en corte y costura a jóvenes madres, así como el impulso de cooperativas agrícolas que fortalecen su autonomía económica y social.
Por su parte, en Venezuela, el programa Sonrisas de ayer y hoy beneficia a más de 300 personas mayores en comunidades de Valencia, Barquisimeto y Carora, mediante actividades intergeneracionales, acompañamiento emocional y atención básica.