El Pontífice pide que la inteligencia artificial no robe a los jóvenes su libertad, espiritualidad ni capacidad de asombro y los invita a usarla para ampliar sueños y decisiones maduras
El Papa recibió este viernes en el Vaticano a los participantes de la conferencia “Inteligencia artificial y cuidado de la Casa Común”, organizada por la Fundación Centesimus Annus Pro Pontifice y la Alianza Estratégica de Universidades Católicas de Investigación (SACRU). En un discurso contundente, el Santo Padre alertó sobre los riesgos de que la IA concentre poder y riqueza y erosione lo más humano: el pensamiento crítico, el discernimiento, la contemplación y las relaciones auténticas.
“¿Qué significa ser humano en nuestra época?”
León XIV planteó la pregunta de fondo que, según él, debe guiar todo desarrollo tecnológico:
«Esta tecnología ya tiene un impacto concreto en la vida de millones de personas, todos los días y en todo el mundo. Abordar este desafío requiere plantearse una pregunta aún más radical: ¿qué significa ser humano en nuestra época?».
El Pontífice insistió en que la dignidad humana no radica en procesar datos, sino en la capacidad de reflexionar, elegir y amar libremente. Por eso, advirtió que la inteligencia artificial abre “nuevos horizontes a la creatividad”, pero también genera “inquietantes preguntas” sobre su posible efecto en la apertura a la verdad, la belleza y el asombro.
Cita destacada del Papa
«Las nuevas generaciones deben ser apoyadas, no obstaculizadas, en su camino hacia la madurez y la responsabilidad».
El Papa mostró especial preocupación por el impacto de la IA en el desarrollo intelectual, neurológico y espiritual de las nuevas generaciones:
«El bienestar de la sociedad depende de brindarles la capacidad de desarrollar sus talentos y responder a las exigencias de los tiempos con un espíritu libre y generoso».
Y añadió:
«Acceder a grandes cantidades de datos no debe confundirse con la capacidad de extraer significado y valor de ellos».
Por eso hizo un llamamiento directo:
«Será crucial permitir que los jóvenes aprendan a usar estas herramientas con inteligencia propia, abiertos a la búsqueda de la verdad, a una vida espiritual y fraterna, ampliando sus sueños y los horizontes de sus decisiones maduras».
Llamado a una acción coordinada y ética
León XIV rechazó la idea “paralizante” de que el avance de la IA sea un camino ineludible y pidió restaurar la fe en la capacidad humana de orientar su evolución. Para ello reclamó una respuesta conjunta de todos los actores sociales:
«Se necesita una acción coordinada que involucre a la política, las instituciones, las empresas, las finanzas, la educación, las comunicaciones, la ciudadanía y las comunidades religiosas».
El Papa insistió en que ese compromiso debe anteponer el bien común a “cualquier lucro e intereses creados, cada vez más concentrados en manos de unos pocos”, y subrayó la importancia de escuchar “incluso las voces más humildes”.
Agradecimiento a los organizadores
Finalmente, el Santo Padre valoró el trabajo interdisciplinario de la Fundación Centesimus Annus y SACRU:
«En este contexto, la investigación que ustedes realizan representa una contribución verdaderamente valiosa».
Con este mensaje, el Papa vuelve a situar a la Iglesia en primera línea del debate ético sobre la inteligencia artificial, defendiendo que la tecnología debe estar siempre al servicio de la persona y nunca al revés.



