Nació sólo 6 meses antes que Jesús. Es conocido por bautizar a la gente a las orillas del rio Jordán, y promover el bautizo de penitencia. Murió por el odio de una mujer, que obligó a su hija a pedir su cabeza
La noche de San Juan se celebra la noche del 23 al 24 de junio. Es la fiesta que da la bienvenida al verano, y muchos creen que sirve para atraer la buena suerte, queman todos los malos recuerdos del año en forma de papel arrojándolos al fuego.
El origen es pagano, se encendían miles de hogueras en la noche del solsticio de verano, el 21 de junio, que es el día más largo del año.
Actualmente, se celebra el día 24. Esto se debe a que el cristianismo adaptó la tradición pagana a su calendario, para hacerla coincidir con el nacimiento de San Juan Bautista.
Según la tradición, Zacarías, el padre de San Juan, encendió una hoguera para anunciar el milagroso nacimiento de su hijo. Recordemos que su mujer Isabel, era ya una anciana y estéril cuando tuvo al bebe.
Martir por defender el Matrimonio
Nació sólo 6 meses antes de Jesucristo, era hijo de Santa Isabel, conocida por ser la prima de la Virgen María. Ella era estéril, además bastante mayor cuando se quedó embarazada.
De la infancia de San Juan no se sabe nada, posiblemente se quedó huérfano siendo muy pequeño. En los evangelios aparece su nacimiento y la siguiente vez que se le nombra es cuando más o menos, se cree que tendría unos 30 años, donde a las orillas del Jordán predicaba el bautismo de penitencia.
Juan y Jesús no se conocían personalmente, pero el día que Jesús apareció donde el se encontraba, lo reconoció inmediatamente.
Murió defendiendo el matrimonio y en contra del divorcio. Herodías, era la mujer de Filipo, hermano de Herodes. Ella se divorció de Filipo para casarse con Herodes. Juan se lo recriminó. Herodías le odiaba, y logró que Herodes lo ejecutara.
“Llegó el cumpleaños de Herodes y celebró un gran banquete, invitando a muchos personajes importantes. Y al final del banquete entró la hija de Herodías y bailó en presencia de todos, de forma que agradó mucho a los invitados y principalmente al propio Herodes. Entonces el rey juró a la muchacha: Pídeme lo que quieras y te lo daré, aunque sea la mitad de mi reino». Ella salió fuera y preguntó a su madre: «¿Qué le pediré?» La adúltera, que vio la ocasión de conseguir al rey lo que tanto ansiaba, le contestó: «Pídele la cabeza de Juan el Bautista«. La muchacha entró de nuevo y en seguida dijo al rey: «Quiero que me des ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista«.